Vaginitis: síntomas, causas, curas y remedios naturales

Vaginitis: síntomas, causas, curas y remedios naturales

Vaginitis: qué es y cuáles son sus síntomas

El término “vaginitis” se refiere de forma genérica a una inflamación de la vagina, que puede afectar a zonas más o menos amplias situadas dentro o fuera de la cavidad. Dependiendo de las causas relacionadas con la vaginitis, esta condición puede manifestarse con síntomas profundamente diferentes. En muchos casos, sin embargo, la inflamación, el enrojecimiento y la hinchazón de las membranas mucosas son comunes y, muy a menudo, estos síntomas van acompañados de picazón persistente.

El acto sexual, en caso de vaginitis, es difícil de completar, ya que además de prurito, también pueden producirse hinchazón y ardor, que hacen la experiencia desagradable.

A todo ello se suma otra manifestación, especialmente común si la afección es de origen bacteriano, o la secreción de moco blanco o amarillento (que debe distinguirse de la de los fluidos vaginales comunes), a menudo con mal olor, alternando en ocasiones con un sangrado leve no relacionado con el ciclo menstrual.

Por lo que se ha dicho, se puede deducir que la vaginitis puede ser principalmente de dos tipos: atrófica o bacteriana.

Causas microbianas de vaginitis

La vaginitis no es necesariamente causada por una alteración de la flora bacteriana de la zona. De hecho, incluso el simple hecho de frotar con un material irritante puede provocar vaginitis. Muy a menudo, de hecho, esta inflamación (especialmente cuando no va acompañada de secreciones y mocos) se produce tras el contacto del órgano genital con lino que contiene fibras sintéticas, con absorbentes demasiado rígidos o tras el frotamiento de la zona (que puede ser comprobar, por ejemplo, al caminar durante mucho tiempo).

Este tipo de vaginitis también puede estar relacionado con el uso de detergentes demasiado agresivos, que pueden irritar o inflamar la zona y provocar una descompensación del pH fisiológico, que a su vez puede desencadenar una alteración bacteriana.

Entre las causas amicrobianas de la vaginitis también se encuentran los desequilibrios hormonales. En tal caso, hablamos de vaginitis atrófica.

La vaginitis atrófica está particularmente ligada a la edad de la mujer, como ocurre principalmente como consecuencia de la menopausia, que se acompaña de una reducción de la síntesis de estrógenos.

De hecho, una de las funciones principales de estas hormonas es estimular la secreción de la capa de glicolípidos que recubre las paredes vaginales y que actúa como una protección real frente a agentes externos. En ausencia de este mecanismo de defensa, por tanto, las posibilidades de manifestación de vaginitis aumentan exponencialmente, y es muy probable que, en estos casos, se produzca una secreción mucosa.

Como ya se ha comentado, por tanto, la vaginitis atrófica es una afección que afecta casi exclusivamente a mujeres en menopausia o próximas a esta fase, lo que puede provocar importantes desequilibrios hormonales.

Causas bacterianas o fúngicas de vaginitis

La vaginitis también puede ser causada por una alteración de la microflora, que a su vez se remonta a varias causas; en este caso, se llama vaginosis. En condiciones normales, la vagina ciertamente no es estéril: por el contrario, está habitada por multitud de microorganismos, especialmente capaces de vivir en ausencia de oxígeno o con bajas concentraciones de este gas, incluidas muchas bacterias bífidas.

La microflora endógena y positiva lleva a cabo una actividad protectora frente a la acción de bacterias patógenas y asociadas a la inflamación, desencadenando una serie de reacciones de defensa. Sin embargo, algunos comportamientos pueden causar un desequilibrio de la microflora, exponiendo el tejido a la colonización por especies microbianas negativas.

Una de las principales acciones responsables de la vaginitis microbiana, por ejemplo, es la mala higiene. No lavar bien la zona (lo que ocurre sobre todo en las niñas, que no limpian bien la zona por aburrimiento o desconocimiento) es sin duda una de las principales causas, pero la limpieza necesaria tras la expulsión no debe subestimarse. heces, que pueden entrar en contacto con el área y causar contaminación por microorganismos entéricos, algunos de los cuales son patógenos.

Como ya se mencionó, también la variación de los valores de pH de los valores de referencia de la mujer adulta (alrededor de 4,5) puede favorecer la contaminación por microbios responsables de la vaginitis. Esto se debe al hecho de que cuando el pH aumenta y se acerca a la neutralidad (alrededor de 7) hace que el ambiente sea más hospitalario para estos microorganismos. 

Un cambio brusco del pH se puede atribuir a una dieta desequilibrada, así como al uso de detergentes que tienen un efecto tampón sobre las paredes vaginales, elevando el pH por encima de los valores fisiológicos.

Sin embargo, existen algunos microorganismos patógenos que viven bien a valores de pH bajos pero que normalmente no crecen debido a la actividad de las bacterias protectoras; entre estos, por ejemplo, está Gardnerella vaginalis, perteneciente a la misma familia de bacterias bífidas, que vive pero no está activa en la vagina.

Sin embargo, el consumo de antibióticos o condiciones estresantes pueden provocar la muerte de bacterias buenas y hacer que los responsables de la vaginitis, incluido el mencionado, se hagan cargo.

Siguiendo el mismo principio, también puede proliferar otro hongo: es Candida albicans, responsable de la cándida, que se manifiesta con inflamación y secreciones blanquecinas con un olor muy fuerte.

Remedios para la vaginitis

Ya sea que se trate de vaginitis atrófica o bacteriana, se pueden usar tanto medicamentos como remedios naturales para aliviar los síntomas, estimular la reconstrucción del epitelio descamado y restaurar la flora bacteriana. Aquí, entonces, están las soluciones más adecuadas.

Remedios naturales para la vaginitis

Dado que uno de los síntomas más comunes de la vaginitis es la inflamación, acompañada de hinchazón y enrojecimiento, los remedios naturales están destinados principalmente a aliviar estos molestos síntomas. 

En este sentido, es posible aplicar compresas tibias a base de manzanilla cerca de la zona afectada, así como tomar algunas bebidas con propiedades antiinflamatorias, como jugo de toronja y extracto de aloe vera.

Además, si la vaginitis es causada por frotamiento e irritación, es muy recomendable aplicar suavemente un aceite con propiedades emolientes y reparadoras en las áreas afectadas. De todos los extractos, se recomienda especialmente el eucalipto, que también tiene propiedades refrescantes y antisépticas.

En general, la caléndula es un aliado válido de la salud vaginal: esta flor se puede utilizar a diario para limpiar el órgano.

Si la vaginitis, por el contrario, es causada por microorganismos, los métodos a utilizar para aliviar los síntomas son más variados. En primer lugar, es necesario actuar gracias a la nutrición. 

Para favorecer el crecimiento de microorganismos positivos para la salud de la vagina, es recomendable ingerir fibra, tanto soluble como insoluble, así como yogur (rico en vitaminas del grupo B), frutas y verduras de temporada todos los días. Además, no olvide beber al menos 2 litros de agua al día.

Alternativamente, se pueden usar remedios tópicos y antimicrobianos para reducir la población bacteriana patógena, incluida la caléndula antes mencionada, así como los extractos de tomillo y salvia.

Medicamentos contra la vaginitis

Si la vaginitis es de origen bacteriano, no se puede descartar la hipótesis de tomar probióticos por vía vaginal. Si bien las formulaciones probióticas no deben considerarse fármacos reales, favorecen la reconstrucción de la flora bacteriana de la zona. Alternativamente, si la contaminación ha alcanzado niveles demasiado altos, puede ser necesario un tratamiento con antibióticos.

Las cremas a aplicar en las paredes vaginales para limitar la infección deben contener hidrocloruro de bencidamina o metronidazol, dos sustancias con una fuerte actividad antiséptica, así como principios activos antiinflamatorios.

Finalmente, en el delicado caso de la vaginitis atrófica, es recomendable consultar a su médico para recibir el tratamiento a base de estrógenos más adecuado para su caso específico.

Vaginitis en el embarazo: qué hacer

Las mujeres embarazadas que han contraído vaginitis, especialmente vaginitis bacteriana, no tienen que preocuparse, pero igual deben acudir a su ginecólogo de inmediato. Esto es necesario porque el desarrollo incontrolado de Gardnerella vaginalis está relacionado con un posible parto prematuro.

Dependiendo del estado fisiológico de la mujer y del feto, el médico puede recomendar la toma de antibióticos por vía oral, o la aplicación tópica de principios con alto poder antiséptico. En algunos casos, es suficiente integrar una dosis mayor de vitamina D en la dieta, cuya falta aumenta la probabilidad de contraer vaginosis bacteriana.

En cuanto a las vaginitis de carácter puramente inflamatorio, basta con recurrir a remedios naturales compatibles con el desarrollo y crecimiento del feto, y en todo caso previa consulta a tu ginecólogo de confianza.

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